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Un morrito de 12 años en Fullerton, California, llamó al 911 porque su carnal, Pedro García (19), estaba alterado y con un cuchillo amenazaba a sus papás.
La policía llegó, lo encaró… y le dispararon ¡30 veces!
Pedro estaba llorando, no obedecía, pero no atacó. Aun así, los polis decidieron matarlo enfrente de su jefa y sus hermanos.
Tenían otras formas de detenerlo: pistolas eléctricas, perro entrenado… pero usaron balas.
¿La razón? Era latino.
Su familia exige justicia.
Y mientras tanto, en lo que va del 2025, la policía en EE.UU. ya ha matado a 57 hispanos.
¿Hasta cuándo?