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En 1972, Vesna Vulović, una joven azafata de 23 años, sobrevivió milagrosamente a una caída de 10,000 metros sin paracaídas después de que el avión en el que trabajaba explotara en pleno vuelo.
El vuelo JAT Yugoslav Airlines 367 explotó debido a una bomba mientras viajaba de Copenhague a Belgrado. Vesna quedó atrapada en los restos del fuselaje gracias a un carrito de comida, lo que evitó que fuera succionada fuera del avión. El impacto en una zona nevada y remota ayudó a amortiguar su caída.
A pesar de fracturas graves en el cráneo, la columna, las costillas, la pelvis y las piernas, Vesna sobrevivió. Fue rescatada por un exmédico de la Segunda Guerra Mundial que le proporcionó primeros auxilios. Aunque quedó temporalmente paralizada, recuperó la capacidad de caminar tras 10 meses de rehabilitación.
Su increíble hazaña le otorgó un Récord Guinness por la caída más alta sobrevivida sin paracaídas. Vesna falleció en 2016, pero su historia sigue siendo un símbolo de resiliencia y valentía.