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Para un granjero, la rutina diaria con su ganado suele ser predecible. Sin embargo, lo que Jared Blackwelder encontró al volver a su pradera fue algo que jamás habría imaginado. Este agricultor de Springfield, Missouri, junto con su esposa Misty, comenzó su jornada sin sospechar que en cuestión de horas enfrentarían una pérdida devastadora.

Aquella mañana, la pareja alimentó a sus vacas lecheras como de costumbre. Las recientes inundaciones en la zona habían quedado atrás, y aunque nubes de tormenta comenzaban a formarse en el horizonte, no había señales de un peligro inminente. Confiados en que su ganado estaría seguro, decidieron dejarlas pastando en el campo hasta el final del día.

Pero cuando regresaron horas más tarde, la escena que encontraron los dejó sin palabras. Sus 32 vacas yacían sin vida, amontonadas en un solo lugar. Un veterinario que inspeccionó la situación confirmó que la causa había sido un rayo. Según explicó, es común que las tormentas eléctricas representen un riesgo para los animales en espacios abiertos, pero el impacto de este caso fue inusual por la cantidad de ganado afectado de una sola vez.

El fenómeno no es desconocido en el mundo agrícola. De acuerdo con el presidente de la Missouri Farm Bureau, Stan Cody, los rayos pueden causar pérdidas de este tipo, aunque raramente afectan a tantos animales al mismo tiempo. Se cree que, en un intento por protegerse de la tormenta, las vacas se agruparon, lo que las hizo más vulnerables al impacto.

Para Jared Blackwelder, la pérdida va más allá del valor económico. Aunque no los considera mascotas, el vínculo con su ganado es fuerte debido a la convivencia diaria en su granja. “Las he criado a todas. Con el ganado lechero, uno pasa tiempo con ellas dos veces al día. Es un golpe muy fuerte”, expresó conmovido.

El impacto económico también es significativo. Con un valor estimado de entre 2.000 y 2.500 dólares por animal, los Blackwelder han perdido más de 60.000 dólares en cuestión de segundos. A pesar de que este tipo de eventos son difíciles de predecir, los expertos recomiendan que los ganaderos implementen medidas de protección, como refugios adecuados o pararrayos en áreas de pastoreo, para minimizar los riesgos en futuras tormentas.

Este trágico incidente es un recordatorio de la fuerza impredecible de la naturaleza y de cómo, en ocasiones, los agricultores deben enfrentar pérdidas inesperadas que van más allá de su control.