Juan Pedro Franco de México fue reconocido en 2016 por el Libro Guinness de los Récords como el hombre más pesado del mundo, con un peso de 600 kg, equivalente al peso promedio de casi ocho hombres adultos.
A principios de ese año, Franco apareció en los titulares cuando fue transportado desde su casa en Aguascalientes a una clínica en Guadalajara, a 160 km de distancia. Esta decisión le salvó la vida.
Desde niño, Franco sufrió de obesidad. A los 6 años pesaba 63 kg, y a los 17 ya pesaba 227 kg. A los 32 años y con un peso de 600 kg, estaba postrado en cama. Un especialista en obesidad lo visitó y lo trasladó a un hospital para una evaluación. Ocho personas fueron necesarias para moverlo.
En la clínica, le diagnosticaron diabetes tipo 2, disfunción tiroidea, hipertensión y edema pulmonar. Durante un año, Franco controló su apetito y realizó ejercicios ligeros, perdiendo 170 kg. Luego, se sometió a una cirugía de reducción de estómago. Posteriormente, siguió una dieta y un régimen de ejercicios más complejo, lo que le permitió levantarse y caminar.
Franco se convirtió en una figura inspiradora en México. Perdió más de la mitad de su peso inicial, bajando a 270 kg. Planea someterse a una cirugía plástica para eliminar el exceso de piel, que pesa alrededor de 60 kg. A pesar de seguir pesando mucho, ahora puede caminar con una bastón ligero y se recuperó del COVID-19 gracias a su pérdida de peso.