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Besar a una persona fallecida puede parecer un acto de amor, pero los médicos lo desaconsejan por razones sanitarias y psicológicas. Tras la muerte, el cuerpo libera bacterias y toxinas que pueden causar infecciones o reacciones alérgicas. Además, este contacto puede afectar emocionalmente al doliente, sobre todo a niños, provocando traumas o confusión.
Los profesionales recomiendan despedirse con una oración o a distancia, y evitar el contacto directo sin protección.
Desde el punto de vista religioso, las religiones abrahámicas (cristianismo,islam e judaísmo) no establecen ninguna base que justifique besar a los muertos; al contrario, promueven la pureza ritual y el respeto al cuerpo, sin necesidad de contacto físico.Amar a quien parte no significa poner en riesgo nuestra salud ni alterar el proceso natural del duelo.