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El cardenal estadounidense Robert Prevost fue elegido como nuevo Papa y asumió el nombre de León XIV, un título con gran historia y simbolismo. Este nombre evoca a papas fuertes como León I, defensor de la doctrina, y León XIII, conocido por su encíclica social Rerum Novarum, alineándose con la visión social del Papa Francisco.
Cambiar de nombre simboliza un nuevo comienzo y un compromiso con una misión renovada. Con León XIV, la Iglesia busca combinar su legado histórico con un enfoque moderno para enfrentar los retos sociales y actuales.