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La historia de Celine Casey y su hija Vienna Shaw muestra la determinación de una madre para quitarle una marca de nacimiento rara en la frente, a pesar de que los doctores del sistema público (NHS) se negaron porque lo consideraban solo algo estético. Vienna nació con un nevo melanocítico congénito (NMC), algo que aparece en solo 1 de cada 20,000 bebés. Preocupados por el impacto emocional y social que eso podría causarle al crecer, los padres decidieron actuar.
Recaudaron $79,000 dólares de forma privada y lograron hacerle la cirugía cuando Vienna tenía apenas 2 años. Aunque algunos médicos dijeron que debían esperar a que ella creciera y decidiera por sí sola, los padres pensaron que era mejor ayudarla desde pequeña. Hoy, Vienna está bien, solo tiene una cicatriz leve, y la familia sigue revisiones médicas por si hace falta algo más.
Este caso refleja la tensión entre el deseo de los padres de proteger emocionalmente a su hija y la visión médica de esperar por la autonomía futura del niño.