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En la tranquila comuna de Nersac, Francia, salió a la luz un caso que ha conmocionado a la opinión pública. Un niño de apenas nueve años logró sobrevivir completamente solo durante casi dos años, sin la presencia ni el cuidado constante de sus padres.
Según informes locales, el menor se alimentaba principalmente de comida enlatada fría y de restos que encontraba en el balcón de un vecino. Su madre vivía cerca, pero rara vez lo visitaba y casi no le brindaba apoyo.
A pesar de estas duras condiciones, el pequeño mantenía una higiene aceptable y asistía regularmente a la escuela, donde obtenía buenas calificaciones. Este hecho, paradójicamente, ocultó su situación real, pues maestros, vecinos y autoridades escolares pensaban que su vida era completamente normal.
El caso ha abierto un fuerte debate en Francia sobre la responsabilidad parental, la vigilancia escolar y el papel de los servicios sociales, ya que durante dos años nadie fue capaz de notar el abandono que sufría el niño.