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El momento de la fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán ocurrió el 11 de julio de 2015, cuando escapó del penal de máxima seguridad del Altiplano, en el Estado de México. Utilizó un túnel subterráneo de más de 1.5 kilómetros de largo, construido desde una casa en construcción hasta justo debajo de la regadera de su celda.
El túnel contaba con iluminación, ventilación y hasta una motocicleta montada sobre rieles para facilitar su salida rápida. Esta fuga dejó en evidencia la corrupción y la falta de control en el sistema penitenciario, causando un escándalo nacional e internacional. Fue considerado uno de los escapes más audaces de la historia del crimen organizado en México.
