Una infidelidad rompe con un elemento esencial dentro de la relación: la confianza. Sin embargo, su efecto es más dramático porque no sólo se termina con la situación sentimental, sino se daña emocionalmente a la otra persona. Aunque, ¿Quién engaña una vez, lo volverá hacer?
Ser infiel, es simplemente, romper la confianza de la pareja cuando se mantienen secretos alejados de la intimidad conyugal. En definitiva, somos infieles a nuestra pareja cuando le mentimos de manera consciente y a sabiendas de que nuestro comportamiento no es el correcto”, así lo señala Esteban Cañamares, psicólogo y sexólogo experto en relación de pareja.
¿Por qué el infiel nunca deja de serlo?. Los encargados de efectuar este estudio fueron los investigadores Maryam Kouchaki and Francesca Gino. Se llegaron a conclusiones muy importantes como que si fuiste infiel en tu pasado, eres una persona potencial para seguir siéndolo en tus relaciones futuras.
A este tipo de infidelidad se le conoce como amnesia ética, ya que a las personas que traicionaban olvidaban estos actos de manera arbitraria. Así lo plantean los expertos, es decir los seres humanos siempre suprimen esos actos incómodos que hicieron para tener una conciencia moral más relajada.
Esto hace que los infieles juzguen a los demás e incluso llegan a decir que otros hacen cosas peores que ellos, es una manera de justificar sus actos.
“Lo que nuestro estudio y otros sugieren es que un factor poderoso que nos impide hacer trampa es nuestra reacción emocional ante ella y lo malos que nos sentimos esencialmente. Sin embargo, el proceso de adaptación reduce esta reacción, lo que nos permite engañar más. En el caso de los tramposos en serie, tal vez se sintieron mal inicialmente, pero han engañado tanto que se han adaptado a sus formas y no se sienten culpables”, asegura uno de los autores del trabajo.