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En Australia, una recién nacida murió en diciembre de 2022 durante un parto casero sin asistencia médica, reavivando el debate sobre el “parto libre”. La madre, identificada como la señora E, usó una piscina alquilada a la influencer Emily Lal, promotora de este tipo de partos. El trabajo de parto fue prolongado y sin supervisión; horas después, la bebé presentó signos de asfixia y no respondió a los intentos de reanimación. El tribunal forense concluyó que la muerte era evitable y que con atención médica o una partera certificada, la bebé probablemente habría sobrevivido.