.
Una mesera que atendía a diario a un anciano gruñón recibió, tras su repentina desaparición, una llamada: el hombre había muerto y le dejaba una cuantiosa herencia como agradecimiento por su paciencia y trato.
.
Una mesera que atendía a diario a un anciano gruñón recibió, tras su repentina desaparición, una llamada: el hombre había muerto y le dejaba una cuantiosa herencia como agradecimiento por su paciencia y trato.