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En un artículo publicado por la Revista del Consumidor de PROFECO (Procuraduría Federal del Consumidor), se habla sobre un producto muy consumido en el mercado mexicano: el queso de puerco, el cual, aunque lleva la palabra “queso” en su nombre, no tiene relación con los productos lácteos.
¿Qué es el queso de puerco?
Este producto es un tipo de embutido elaborado a partir de diferentes partes del cerdo, principalmente:
Partes de la cabeza del cerdo,
Piel tratada con sal y nitratos,
Carne y grasa de cerdo.
Todos estos ingredientes se procesan, se cuecen, se pican y luego se mezclan con especias, agua, conservadores, fosfatos, nitritos, sal, almidón y, a veces, colágeno o azúcar, para finalmente compactarse en moldes especiales y formar el producto final.
¿Por qué se llama “queso” si no tiene lácteos?
El nombre “queso” hace referencia a la forma y método de elaboración, no a los ingredientes. Es una tradición en algunos embutidos que tienen una apariencia similar a la del queso.
¿Cómo afecta a la salud?
Aunque es una fuente de proteínas, el consumo excesivo puede ocasionar:
Problemas de presión arterial (por el alto contenido de sodio),
Riesgo cardiovascular (por las grasas saturadas),
Riesgo para personas con diabetes u obesidad.
El IMSS (Instituto Mexicano del Seguro Social) lo clasifica como un alimento que debe evitarse, especialmente en pacientes con diabetes, sobrepeso u otras condiciones relacionadas.