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En los años 50, Lee Grant brillaba como una promesa del cine tras su papel en Detective Story (1951), que le dio una nominación al Oscar y un premio en Cannes. Pero todo cambió cuando fue incluida en la lista negra de Hollywood por criticar públicamente la persecución del Comité de Actividades Antiamericanas (HUAC).
Por más de 12 años no pudo trabajar en la industria. Su “error”: dar un discurso en el funeral de un colega investigado por comunismo.
A pesar del veto, no se rindió. Volvió con fuerza y ganó un Oscar por Shampoo. Su historia es un ejemplo de cómo la censura política marcó muchas carreras, pero también de lucha y resistencia.