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Madres buscan a sus hijos desaparecidos en el mar de Cortés, convertido en fosa clandestina
En el sur de Sonora, específicamente en los puertos de Guaymas dhe Empalme, el colectivo Guerreras Buscadoras —formado por madres, esposas, hijas y familiares de personas desaparecidas— ha comenzado búsquedas en el mar de Cortés, con el apoyo de buzos de la Marina mexicana y drones acuáticos.
Este mar, considerado Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco, ha sido señalado como un punto donde grupos criminales han arrojado cuerpos en contenedores, algunos con cemento o desmembrados. Las pistas han llegado a través de mensajes anónimos e incluso de los propios sicarios.
Sinthya Gutiérrez Medina, líder del colectivo, busca a su hijo desaparecido desde 2017. Junto a otras madres, se lanza al mar con la esperanza de hallar a sus seres queridos. En la primera búsqueda submarina encontraron cinco cuerpos en contenedores, los cuales ya fueron identificados y entregados a sus familias.
María del Rosario Gutiérrez Urías, otra integrante, también busca a su hijo pescador, quien desapareció en 2021. Asegura que, aunque su hijo amaba el mar, ahora duda en cumplir su última voluntad de esparcir sus cenizas allí, pues su único deseo es poder encontrarlo.
Desde 2017, Guerreras Buscadoras ha recuperado más de 260 cuerpos en fosas clandestinas, hornos y ahora también en el mar. La crisis de desapariciones en México continúa en aumento, con más de 106,000 personas reportadas como no localizadas. La lucha de estas madres se ha convertido en un grito de justicia en uno de los litorales más bellos y dolorosos del país.