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Bajo el brillo deslumbrante de Las Vegas existe una ciudad escondida, oscura, peligrosa y llena de historias que pocos imaginan.
Muy poca gente sabe que alrededor de mil personas viven en una red de túneles pluviales de más de 322 kilómetros, justo debajo del famoso Strip. A unos pasos de los casinos más lujosos, estos habitantes subterráneos enfrentan peligros diarios: arañas venenosas, agua contaminada, inundaciones repentinas y delincuentes violentos, incluido un sujeto conocido como “The Troll”, que suele caminar armado con una barra de hierro.

Aun así, en medio de la oscuridad, muchos han creado una vida propia. Steven y Kathryn, que llevan años ahí, han convertido su espacio de unos 37 m² en un “hogar” con cama matrimonial, estantes, libros y cuadros colgados, todo recuperado de objetos desechados por otros.
Otros, como Amy y Junior, terminaron en los túneles tras perder a su hijo y caer en adicciones. Algunos sobreviven revisando máquinas tragamonedas en busca de monedas olvidadas; otros recolectan materiales reciclables para vender.


El periodista Matthew O’Brien, quien descubrió este mundo por accidente durante una investigación, fundó la organización Shine A Light para ofrecer comida, ropa y ayuda para encontrar vivienda. O’Brien asegura que entre los habitantes hay veteranos militares, personas con traumas profundos e incluso familias con niños ocultos.
En un tramo del túnel, artistas urbanos han creado una galería completa de grafitis, un oasis de color dentro de un mundo sin luz.
Mientras tanto, arriba de ellos, Las Vegas sigue brillando… sin imaginar que a sólo unos metros existe una realidad completamente distinta, invisible para millones de turistas.