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Pueden sobrevivir incluso después del intento y escapar.
👉 Al morir, liberan bacterias y patógenos que contaminan superficies, aumentando el riesgo de enfermedades como salmonelosis o gastroenteritis.
👉 Dejan un olor desagradable y persistente.
👉 Son parte de la cadena alimentaria y eliminarlas masivamente afecta el ecosistema.
En lugar de pisarlas, se recomienda mantener limpieza, sellar grietas, usar trampas adhesivas o repelentes naturales (como aceites esenciales de menta o eucalipto). Así se logra un control más seguro, higiénico y responsable.