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En casos poco comunes, la piel del pie puede cubrirse de múltiples bultos amarillos y dolorosos. Estas formaciones suelen asociarse con infecciones cutáneas severas, acumulación de pus, abscesos múltiples o reacciones inflamatorias crónicas. Los médicos advierten que una condición de este tipo requiere atención inmediata, ya que podría complicarse y afectar seriamente la salud del paciente.