.
Un perro K9 en una secundaria de Estados Unidos rompió el protocolo durante una revisión rutinaria al no obedecer y quedarse junto a un estudiante. Aunque el joven no tenía drogas ni nada raro, el perro seguía olfateando su pecho. Los oficiales notaron que el chico estaba pálido y con dificultad para respirar, por lo que llamaron a una ambulancia.
Los médicos confirmaron que el estudiante estaba a punto de sufrir un paro cardíaco y gracias al perro fue atendido a tiempo, salvándole la vida.
Este caso muestra que algunos perros K9 pueden detectar cambios en el cuerpo humano más allá de su entrenamiento, y que a veces la “desobediencia” es en realidad un acto de valentía.