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Una madre de Kentucky conmovió al mundo al compartir una ecografía donde, según ella, se ve una mano gigante acunando la cabeza de su bebé. Amanda Foster, de 33 años, la llamó “la mano de Dios”.
Después de haber perdido un hijo por síndrome de Potter y enfrentar otro embarazo con riesgos cardíacos, Amanda ha vivido su maternidad con fe y esperanza. Su hija pequeña notó la figura en el ultrasonido, lo que provocó una ola de apoyo en redes.
Ahora, Amanda espera a su bebé Kyler, quien sigue desarrollándose bien. Para muchos, la imagen representa más que una casualidad: es un símbolo de consuelo y fortaleza.