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México fue suspendido temporalmente de votar en la Asamblea General de la ONU por no pagar sus cuotas, con una deuda cercana a 38 millones de dólares. Esta situación afecta su peso diplomático y ha generado críticas, ya que limita su participación en decisiones clave a nivel mundial.
La deuda proviene en su mayoría del sexenio de AMLO y también incluye pagos pendientes con la OEA y la OCDE, superando los 900 millones de pesos. La ONU informó que 41 países están en deuda, incluyendo a EE.UU. y China, lo que ha provocado una crisis financiera interna en el organismo.
El secretario general António Guterres advirtió que estos atrasos ponen en riesgo operaciones humanitarias y de derechos humanos. La suspensión ocurre justo cuando Trump regresó a la presidencia de EE.UU., generando más incertidumbre sobre el futuro del multilateralismo.
México aún no presenta un plan claro para resolver la deuda, pero de no hacerlo, podría quedar fuera de foros clave internacionales por más tiempo.