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Una tarde normal se convirtió en pesadilla para Hayden Howard y su perro Jackson, un mastín inglés de Seymour, Indiana. Al notar múltiples orificios en el cuerpo de Jackson, lo llevó al veterinario, donde descubrieron que tenía 27 balines alojados y al menos 20 más que no pudieron extraer, resultado de unos 70 disparos.
La policía investigó y señaló a un vecino, Tom Woodward, con antecedentes penales, como el presunto responsable. Encontraron balines y municiones en su propiedad. El caso generó indignación en redes sociales y demanda de justicia para Jackson.
Afortunadamente, Jackson está estable y en recuperación. La historia resalta la urgencia de leyes más estrictas contra el maltrato animal y la importancia de respeto y convivencia en comunidad. Jackson se ha convertido en un símbolo de esperanza y resistencia.