.
Los hijos y nietos no pudieron venir al cumpleaños de la abuela: ideé un plan para salvar su día especial 🎂💔
Trabajo en una cafetería y desde hace años tenemos una clienta muy especial: una señora de unos 65 años que siempre venía sola. A veces pedía café, a veces algo para comer, pero siempre con una mirada tranquila, aunque algo nostálgica. Ese día la noté diferente. Estaba en una gran mesa, con mucha comida y bebidas… pero completamente sola y con los ojos llenos de tristeza.
Me acerqué con cuidado y le pregunté qué pasaba.
— Hoy es mi cumpleaños —me dijo—. Invité a mis hijos y nietos, pero nadie pudo venir. Tienen sus cosas, sus trabajos…
Sentí un nudo en el pecho. Nadie debería pasar su cumpleaños solo, y mucho menos una persona tan dulce como ella. Así que reuní a mis compañeros de trabajo y les conté lo que pasaba. Sin pensarlo dos veces, todos aceptaron ayudar. Decoramos su mesa con flores, trajimos pasteles, bebidas y hasta le cantamos “Las Mañanitas”.
Nos sentamos con ella, compartimos historias, nos reímos, y poco a poco, su rostro cambió. Volvió a sonreír, sus ojos brillaban de emoción. Por un momento, no estaba sola. Por un momento, esa cafetería fue su casa, y nosotros su familia.
Fue un pequeño gesto, pero para ella significó el mundo. Y para nosotros también. 💐👵❤️