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Michael Jordan volvió a su secundaria en Wilmington, Carolina del Norte, y se encontró con el señor Wilson, el conserje que creyó en él cuando lo cortaron del equipo varsity. A pesar de tener 80 años, el señor Wilson seguía trabajando con dedicación. Michael, sorprendido y agradecido, decidió ayudarlo de una manera que cambió la vida del señor Wilson y también inspiró a toda la comunidad. Este gesto mostró que nunca debemos olvidar a quienes nos apoyaron en el camino.