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Las puertas del horno se rompen principalmente por dos razones: el tipo de vidrio utilizado y las imperfecciones dentro de él. La mayoría de los hornos usan vidrio templado de cal sodada, que es menos tolerante a los cambios térmicos, o vidrio de borosilicato más duradero.
Sin embargo, pequeñas imperfecciones como las inclusiones de sulfuro de níquel pueden hacer que el vidrio se rompa espontáneamente, especialmente durante ciclos de calor intenso como el de autolimpieza. Para prevenir estos incidentes, es importante manipular las puertas del horno con cuidado, evitar el uso de herramientas abrasivas o colocar objetos pesados sobre la puerta, y asegurarse de que los recipientes dentro del horno no toquen el vidrio.
Tomar precauciones simples, como usar herramientas de limpieza suaves y evitar los cambios bruscos de temperatura, puede reducir significativamente el riesgo de rotura, manteniendo tu cocina segura y tu horno en buen estado.