Una fuga de líquido cefalorraquídeo puede llevar a una infección si las bacterias entran en el sitio de la fuga.
Esto puede resultar en condiciones como meningitis o abscesos espinales. Los síntomas comunes de infección incluyen fiebre, escalofríos, enrojecimiento o hinchazón en el sitio de la incisión, dolores de cabeza severos y rigidez en el cuello. Si aparecen estos signos, es crucial buscar atención médica de inmediato, ya que las infecciones no tratadas pueden volverse graves. El tratamiento generalmente implica el uso de antibióticos y, en algunos casos, el drenaje quirúrgico. Mantener un ambiente estéril durante la cirugía y la recuperación ayuda a reducir el riesgo de infección.