Susanne Eman es una mujer estadounidense que ganó atención mediática por su objetivo de convertirse en la mujer más pesada del mundo. Nacida en 1979, se hizo conocida alrededor de 2011 cuando comenzó a compartir públicamente su meta de alcanzar un peso de más de 725 kilogramos (alrededor de 1,600 libras). En ese momento, Eman pesaba aproximadamente 363 kilogramos (unas 800 libras) y tenía la intención de duplicar su peso.
Su motivación estaba vinculada a un deseo de alcanzar un récord mundial, a pesar de los riesgos para la salud asociados con la obesidad extrema. Eman afirmaba que estaba sana, a pesar de su tamaño, y se sometía a chequeos médicos regulares. Sin embargo, los expertos médicos expresaron serias preocupaciones sobre su salud, ya que una obesidad tan extrema está asociada con una serie de condiciones potencialmente mortales, como enfermedades cardíacas, diabetes y problemas respiratorios.
La historia de Eman generó un debate considerable sobre la imagen corporal, la salud y la ética de perseguir metas tan extremas. También llamó la atención sobre los desafíos de la adicción a la comida y los peligros potenciales de alentar o glorificar comportamientos extremos por fama.
Hasta la información más reciente disponible, no está claro si Susanne Eman continuó con su objetivo o si finalmente decidió enfocarse en su salud.